Me levanto en un lugar desconocido pero agradable, en cierto modo. El suelo es oscuro, es ceniza negra, caliente al tacto y suave. Mirando alrededor me doy cuenta que estoy en el claro de un bosque. El bosque esta formado por arboles verde brillante, un verde demasiado intenso y brillante para ser natural. Tras acercarme me doy cuenta de que no son árboles naturales, si no que están hechos de jade. Oigo un ruido mientras se nota un temblor, a lo lejos del bosque observo un volcán en una erupción que no parece tener fin, pero no arroja nada, ni lava, ni humo, solo ruido y un intenso color de su cima.
- Veo que por fin has despertado.- Alguien me hablaba desde el otro lado del claro.
- Si, ya he despertado, ¿quién eres?- Lo observo detenidamente. Va envuelto en una túnica negra, dentro de la túnica no se ve nada, como si solo hubiera oscuridad. Su piel es blanca como la luna, el pelo es del mismo color de su túnica y lo tiene como si jamás se lo hubiera tocado, largo, enmarañado y le tapa casi toda la cara. Sus ojos van a juego con el pelo y la túnica, sin pupilas, sin iris, dos esferas negras. Mientras habla me fijo en que sobresalen de su boca unos colmillos más grandes de los habitual.