Se despertó tirado en la cama solo con los pantalones
puestos y un dolor de cabeza. Tras intentar recordar en vano que había pasado
antes de caer inconsciente en su cama, se levanto y se quedo sentado en el
borde de la misma durante un rato. Todo daba vueltas en la habitación, excepto
una cosa, el reloj de pared que había junto a la ventana. Tras sacar fuerzas de
donde pudo, se levanto para mirar la hora.
-Nunca cambias.-
El reloj estaba parado en la misma hora que estaba siempre que lo miraba, una
manecilla en el 13 y otra dando golpecitos en el cristal en vez de moverse.
Miro por la ventana y observo como la lluvia resbalaba por el cristal, dejando
una borrosa imagen de la noche en la ciudad. Llevaba sin parar de llover desde
hace días y no parecía que aquello fuera a cambiar en un futuro cercano. Tras
contemplar como las luces se iban apagando en los edificios cercanos se dirigió
hacia el baño y se miro en el espejo.
-Alguna vez aprenderé
a ser ordenado.- Mientras decía esto, se acerco al escritorio y rebusco entre
los papeles sin encontrar lo que necesitaba. Miro en el tablón de corcho pero
tampoco lo había dejado allí. Decidió dejar de buscar y centrarse un poco en
intentar recordar que había hecho antes de quedarse dormido o inconsciente, aun
no tenía claro cuál de las dos cosas había pasado.
-A ver,
recapitulemos.-Siempre recordaba mejor en voz alta que pensando solo.- Estuve
toda la mañana aquí intentando encontrar coincidencias.- Empezó a recordar las imágenes
del día anterior, unas imágenes un poco distintas, ya que la habitación estaba
completamente ordenada.-Luego salí a comer algo por la ciudad, ¿Qué era lo que comí?-Nada,
no recordaba que había comido ni que había cenado, ni siquiera sabía si había cenado,
ese recuerdo le vendría después o debería de venirle después.-Bueno, después de
comer decidí buscar algo más de información, aun había cabos suelto en las rutas
y acciones, necesitaba ajustar mas el patrón.-Poco a poco iba acelerando la recuperación
de su memoria.-El bar, recuerdo un bar, música mala, buena cerveza, tías
buenas, poca información. Me fui rápido de allí.-Todos los recuerdos siguientes
llegaron de golpe.-El callejón, el bicho, más cerveza, correr, disparos, sangre…-Instintivamente
se agarro el muslo derecho, notaba las vendas pero no le dolía.
-Pues nada,
parece ser que habrá que volver a salir a trabajar.- Abrió el cajón del
escritorio y saco la petaca de debajo de este.- Aquí estabas.- Dio un largo
trago y la dejo en la mesa. Se levanto y se dirigió a su cama. Se volvió a
sentar en el borde como al principio, cogió sus botas y se las puso, se abrocho
el cinturón, se coloco una camisa y agarro la gabardina del perchero. Tras asegurarse
de que llevaba toda la ropa puesta se acerco de nuevo al escritorio y cogió todo
lo que había en el cajón: un reloj de pulsera, un reloj de bolsillo, su cartera
y los guantes. Puso la petaca en uno de los bolsillos interiores de la
gabardina y se dirigió a la puerta. Colgadas del pomo estaban su pistola y su
funda, las cuales enganchó al cinturón antes de salir por la puerta. Al llegar
al portal del edificio y abrir la puerta vio una inmensa oscuridad acompañada
del sonido de la lluvia y sin pensárselo dos veces salió a la ciudad.
-Me encanta la
caza en noches de lluvia.
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